No jefe, no estrés?
¿Puedes creer que trabajar en un equipo auto-gestionado en la asistencia domiciliaria es no tener jefe?
Por favor, no malinterpretes mis palabras. Por supuesto, siempre tiene que responder por sus acciones: ante ti mismo y ante tus pacientes en primer lugar, pero luego también ante tus compañeros y tu empresa. Dentro del equipo, por cierto, no hay jefe, como generalmente ocurre en otros países y en otros sectores. No hay nadie que esté ahí para controlarte, para darte estrictamente indicaciones o incluso órdenes. Los miembros del equipo son todos iguales.
… ¿Qué? ¿Qué significa? Hay auxiliares y enfermeros y, entre ellos, diferentes tipos de enfermeros (colegiados o no )… Entonces, ¿cómo pueden ser todos iguales entre sí?
Los diferentes miembros del equipo tienen diferentes grados de educación o formación y funciones, de hecho. Además, la responsabilidad que se les da no es la misma. Quien practica alguna acción de enfermería sobre el paciente es responsable de lo que hace. Por otro lado, el establecimiento (y la gestión) de los planes de cuidados de enfermería es asunto de los enfermeros, especialmente de los graduados (nivel 5).
Pero no tener a alguien que sea responsable de ti; quién está ahí básicamente para resolver tus problemas; que hace tantas cosas por el equipo, sin que nadie se dé cuenta… este es un efecto inequívoco: el propio equipo debe asumir algunas de esas tareas. ¿Y qué pasa entonces? Algo especial: la gente se detiene a pensar siguiendo su propia perspectiva personal y singular. Empiezan a dar lo mejor de sí por el grupo. Realmente cooperan entre sí, para que el equipo funcione: no se vuelven perezosos o menos dedicados a su trabajo; en realidad, hacen lo contrario.
Se dan reglas de responsabilidades, toman juntos las decisiones más importantes, se reinventan y hacen del interés por la “causa” (o, mejor aún, del equipo) sus propios intereses.
Su flexibilidad es admirable y la rapidez con la que fluyen las novedades y los cambios dentro del equipo es increíble: todo esto porque nadie impone su propia opinión. Todo crece espontáneamente dentro del equipo y depende de sus miembros dejar que se haga realidad. ¿Es sin estrés? Por supuesto no. Pero, desde mi punto de vista, merece la pena.
Federica.